The Strad Club, comida y ocio todo en uno
Con la reforma de la tercera planta del centro comercial GranCasa y la instalación de un nuevo espacio de restauración, se ha ampliado la oferta gastronómica y se han abierto varios restaurantes que merece la pena descubrir.
Hoy os hablaremos de un nuevo espacio que mezcla ocio y gastronomía, The Strad Club.
Un local moderno y urbano que ha sabido combinar con acierto un área de bar-restaurante con una zona de ocio. Un espacio con una decoración desenfada y con cierto toque newyorkino que invita a quedarse y a pasar un rato divertido con los amigos.
Además algunos días ofrecen música en directo o puedes ir a ver el partido de fútbol en sus múltiples pantallas repartidas por el bar, incluso se puede alquilar el espacio para celebrar una fiesta privada. La agenda de estas actividades la van publicando en su instagram.
La carta es muy variada (entrantes para compartir, hamburguesas, pizzas, ensaladas…), y si la lees con detenimiento descubrirás platos arriesgados y de fusión como una hamburguesa montada en un donut o un pollo crujiente sobre gofre…. También disponen de menú del día y de una amplia oferta de cócteles.
Siempre que vamos a un sitio nuevo nos gusta probar un poquito de todo para hacernos una idea general, así que esta vez nos cogimos 2 entrantes y 2 platos principales (que por supuesto no pudimos dejar de compartir!).
Para empezar nos pedimos unos nachos acompañados de guacamole, pollo y de una sour cream tremenda (siempre suelen ser muy agrias y no me gustan, pero en este caso estaba especialmente rica)! No dejamos ni uno… También pedimos unas gyozas nada comunes, porque estaban rellenas de butifarra y queso de tetilla (sí, lo sabemos, somos fans del queso) y si os gusta la comida fusión, no dejéis de probarlas.
Tras los entrantes, nos pedimos la especialidad de la casa, la Burger Strad acompañada de patatas artesanas y tenemos que decir que estaba buenísima! La carne estaba justo al punto como la pedimos y su sabor es muy similar a las hamburguesas de la cadena Shake Shack, que nos encantan porque saben a carne, carne!! Así que mejor, imposible!
Como plato arriesgado, nos pedimos la carrillera (no nos atrevimos esta vez con el gofre, pero todo se andará). La carne estaba jugosa y se deshacía en la boca… Iba acompañada de una salsa deliciosa de crema de calabaza y de chips de boniato!
Al postre ya no llegamos porque estábamos tan llenos que no lo íbamos a apreciar y además así tenemos excusa para volver.
En definitiva, comida rica y bien presentada a un precio razonable, espacio muy agradable y personal muy atento. Un lugar a tener en cuenta para quedar con los amigos y disfrutar de un rato de dardos y una deliciosa cena!
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